Es imposible no admirar los cerros de Bogotá y divisar el imponente Santuario de Monserrate, altura 3150 metros más cerca de las estrellas, el guardián de nuestra ciudad.
![](https://static.wixstatic.com/media/491585_7f1247cb08454098a3bb6b0a1f92e41f~mv2_d_4160_3120_s_4_2.jpeg/v1/fill/w_980,h_735,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_avif,quality_auto/491585_7f1247cb08454098a3bb6b0a1f92e41f~mv2_d_4160_3120_s_4_2.jpeg)
Los primeros colonizadores lo llamaron el Cerro de la Nieves, Gonzalo Jiménez de Quesada fundó la ciudad a metros del santuario, ya para 1620 Juan Borja, el presidente del Nuevo Reino de Granada, ordenó construir la primera ermita en la cual se veneraba la Virgen Morena de nuestra señora de Monserrate, advocación traída de Cataluña.
“Para 1650 se construyó su primer camino en el cual los santafereños comenzaron a referenciar como un lugar de peregrinación religioso, dando lugar a la correría voz a voz, de los milagros realizados por la imagen, del señor caído de Monserrate, comenzando a ser icono del cerro, y protector silencioso de la capital además el atractivo de visita obligada para nacionales y extranjeros.”
Cuestión de fe
En Semana Santa uno de los planes favoritos de los capitalinos y turistas, es subir al cerro para pagar promesas, hacer peticiones, redimir sus pecados o simplemente hacer deporte y apreciar desde allí una inmensa metrópoli que crece paulatinamente
Aunque algunos prefieren subir y bajar en teleférico o funicular, muchas familias, parejas y amigos optan por subir los
que conducen a la cima, aprovechando para desayunar o almorzar arriba, sin embargo en el camino abunda el comercio, no solo de alimentos variados y característicos del lugar.
Escrita por: John Salgado
Comments