Las creencias religiosas han ido cambiando en los últimos años, para finales de los años 40 era casi una ofensa que un animal entrara a un recinto religioso, de hay ese viejo dicho 'como perros en misa', ya que eran considerados portadores del mal, y si un simple perro entraba a la iglesia, se consideraba que el diablo estaba presente; tristemente hoy en día en muchas religiones aún creen esta teoría.
El pasado domingo para mí era quizás un día normal, pero no para mí mascota Lukas, él tal vez presentía que lo sacariamos a dar un paseo, al parque o a la veterinaria, pero no fue así, lo llevamos la iglesia.
Tan sorprendido quedé yo como él, un perro en misa, tal vez parezca curioso o tal vez chistoso pero no éramos los únicos en llevar a nuestro amigo de 4 patas a orar; llegamos a la iglesia de la Porciúncula, lugar que guarda culto a San Francisco de Asís y no fue si no hasta llegar ahí que entendí por que realizaban está eucaristía tan especial.
Antes de comenzar la eucaristía, varias personas quedaban asombradas con la cantidad de mascotas que llegaron, fue tanto así que la misa se realizó a fuera de la iglesia; los peluditos estaban felices y aún más cuando un cura empezó a regalar a cada amigo un juguete y una pañoleta, perros, gatos, conejos, palomas y hasta patos lucían contentos,como si fueran niños mostraban a sus dueños tan magníficos regalos.
Yo en lo personal creía que tantos animales juntos no dejarían oír ni realizar la misa, pero con un solemne respeto las mascotas se calmaron, como si la oración y la fe también estuviera en ellos, podías ver un gato al lado de un perro y nada pasaba, ni un solo ladrido, ni una sola pelea, quizás respetando más que nosotros los humanos.
Al continuar este oficio el cura en su homilía señaló la fidelidad de los animales, el amor que ellos dan, la importancia de cuidar la naturaleza más aún en estos días en el que el hombre se ha dado cuenta del daño que ha hecho, al finalizar, una bendición y un poco de agua bendita, así nuestro amigos de 4 patas quedaban aún más felices.
Pero eso no fue todo, una rica sorpresa llegó a ellos, por ser su día especial les llevaron de la iglesia una espléndida torta de zanahoria, y cualquier animalito que pasaba le daban fuera mascota o callejero.
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En una reflexión final debo decir que puede que creas o no, que te parezca chistoso, o tal vez no te interesa, pero si hay algo que debemos mirar es el comportamiento de estos fieles, ellos no te desprecian si eres rico, pobre, gordo, flaco, alto o bajito, ellos te demuestran su amor sin importar nada, ellos te siguen, te acompañan.
No dejo de pensar cuántas veces mi compañera Laura me habló de Teddy su fiel amigo y ver en sus ojos ese amor que le tiene, por que ellos son pequeños angelitos que duran tan poco en nuestras vidas pero dan tanto o más que muchas otras persona, por eso quiérelas, cuídalas y respétalas, aprendamos más de ellos para ser mejores seres humanos.
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Escrito por: Sergio Rojas
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